Cuando era pequeño, allá por el siglo pasado, había un programa infantil en la tele. era un programa de concursos. Lo presentaba el singular Torrebruno «más guapo que ninguno». Era un concurso en el que competían dos grupos de niños: los tigres y leones. Y antes de empezar siempre se cantaba esta canción cuyo estribillo era «Tigres… Leones… ¡Todos quieren ser los campeones!»

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Y ¿a qué viene esto? ¿Añoranza? Probable pero no. Tiene que ver con los artículos que leo de las diferentes facciones de la gestión de proyectos. El término facciones está deliberadamente elegido. Aunque podía haberlas llamado religiones, sectas, tribus,… unas más que otras. Y parece que todas, como niños y niñas. quieren ser los campeones… ¿De qué?

Qué eligirías una cuchara o un tenedor. ¿Depende, no? No recuerdo a nadie comiéndose la sopa con tenedor salvo mi hija Paula cuando tenía 3 años. Y sería ridículo elegir una cuchara para comernos un chuleton de carne argentina. Digo yo. Y probablemente hasta sea rídiculo comer la carne con tenedor y la sopa con cuchara… .. en Japón, donde utilizan dos palillos.

Por eso llamó mi atención y está captando mi interés el libro «Reinventing Project Management» (A.J. Shendar, D. Dvir; Harward Business Schhol Press). Llevo ya 30 páginas y todavía no ha salido ninguna de las consabidas siglas y certificaciones habituales. Y, luego ya veremos si las cumple, pero las promesas son sugerentes «traditional project management is no longer enough to suceed in todays’s dynamic environment» o «finally a commonsense, CONTEXT INDEPENDENT, model for project management that uses practical and easy-to-understand evaluation criteria».

Sugerente ¿no?

En lo que sí estaremos de acuerdo es en que, como indica, la única manera que tienes las organizaciones de cambiar, ejecutar una estrategia, innovar o mejorar su competitividad es a través de proyectos (bien gestionados claro -con el método, cuchara, tenedor, palillos,… más adecuado al proyecto y el entorno claro-).

Pero, curiosamente, los grandes gurus del siglo XX y del XXI se han centrado en cómo mejorar las operaciones olvidándose de los proyectos. Y aunque la eficiencia operacional sigue siendo necesaria -no vamos a ampliar la casa teniendo goteras por todas partes…-, existe un límite más allá del cuál ya no se puede mejorar.

Ninguna compañía puede sobrevivir ya centrada en mejorar sus operaciones. El siguiente candidato en la sombra para lograr mejoras significativas en la búsqueda por esa ansiada diferenciación y competitividad es la actividad en proyectos de la organización.

Y ya que parece claro que la mayoría de las organizaciones está acelerando hacia un mundo basado en proyectos,

¿No sería bueno que nos preguntáramos qué hace nuestra empresas con sus proyectos?

No solamente si los gestiona bien (falta de visión, con acción, tropmpazo) sino si está dedicando su esfuerzos a los adecuados. Porque tan importante es realizar los proyectos adecuados «doing the right things» como gestionarlos bien «doing things right».

Porque tenemos una oportunidad única de liberar la capacidad creativa y de movimiento de los proyectos. Eso sí, no pensando en que los proyectos tienen que seguir esté estándar o este otro. Sino que deben ser los proyectos los que elijan el traje y no al revés.Y sobre todo, sobre todo, pensando que por encima de la gestión del proyecto, está la gestión de la estrategia de la empresa y que deben ir coordinadas.

Pero, por el bien y el respeto de la profesión, haciéndolo bien no como «sé yo que es cierto y verdad»

Por eso, ya os contaré, tengo ganas de ver en qué consiste el «diamond approach to successful growth and innovation». Será, tigre, será león, será pantera,… Al menos parece una cosa nueva, sin siglas.

dnl