Los ciegos y el elefante es una parábola con origen en la India y que suele utilizarse para ilustrar la incapacidad del hombre para conocer la totalidad de la realidad.
Una versión de la historia dice que se le pidió a seis ciegos que determinaran como era un elefante palpando diferentes partes del cuerpo del animal. El hombre que tocó la pata dijo que el elefante era como un pilar; el que tocó su cola dijo que el elefante era una cuerda; el que tocó su trompa dijo que era como la rama de un árbol; el que tocó la oreja dijo que era como un abanico; el que tocó su panza dijo que era como una pared; y el que tocó el colmillo dijo que el elefante era como un tubo sólido. Entre todos llegaron a la conclusión de que era un animal muy muy raro.
Un sabio divertido les explicó:
«Todos ustedes están en lo cierto. La razón por la que cada uno de ustedes esta diciendo diferentes cosas es que cada uno de ustedes tocó una parte diferente del elefante. Por lo tanto el elefante tiene todas las características que mencionaron.».
¿A qué viene esto…?
En el post titulado Algunos criterios para evaluar la competencia de los equipos indicamos que, el primero de todos era tener objetivos claros y realistas y, el segundo, tener entregables bien definidos y el tercero, tener la combinación adecuada de habilidades y puntos de vista pero con capacidad para sintetizarlos y ponderarlos (para que el problema sea el que es y no, como en el cuento, el que cada uno creamos desde nuestra parcial visión y conocimiento).
Parece obvio que en este mundo tan complejo en el que tenemos la suerte de vivir, las soluciones a los problemas requieren de visiones y aportaciones multi-funcionales. Incluso en los proyectos más técnicos como la construcción de un puente necesitaremos expertos legales (sí, que remedio, los necesitamos aunque nos saquen de nuestras casillas…), expertos ambientales (sí, qué remedio, aunque sean unos enredadores…), expertos en operación y mantenimiento y expertos en gestión de la multitud de partes interesadas que confluirán en ese proyecto.
Por ello, los equipos competentes deben estar formados de personas con las habilidades adecuadas para ejecutar el trabajo encomendado. Y ahora que se escatima en recursos humanos y hay personas que tienen que con un sombrero tapar varias cabezas sigue siendo igual de necesario. Si el equipo carece de una combinación adecuada de habilidades, al menos deberemos ser capaces de contratarlas temporalmente (con los riesgos que ello conlleva).
Si no, nos pasará como a nuestra selección de fútbol en su nefasto partido contra Francia: como nos faltaban dos centrales, se puso a Busquets de central y, por una parte, no hizo bien de central y, lo que es más importante, se rompió la columna vertebral Busquets-Alonso algo que el project manager Del Bosque siempre había definido como in-negociable… (Bueno, vale, también tuvimos mala suerte con la lesión del siempre criticado Arbeloa y tan añorado en cuanto tuvo que irse lesionado).
…sin que la disponibilidad sea una habilidad (al menos en los puestos clave).
dnl
Pd. Por cierto, mi buen amigo y magnífico PMProfesional Mario Coquillat, impulsor de un bonito proyecto sobre la nueva ISO21500 en Gestión de Proyectos ha inscrito este proyecto, con el nombre «Transformar las ideas en proyectos eficientes» en la página juntosalimos.com.
Esta página tiene como reto generar en un mes 100 ideas para salir de la crisis y Mario y sus compañeros han colaborado creo que con la número 41!! Os animo a visitarla, es un proyecto muy bonito y que nos permite unir la gestión de proyectos con el lado emocional de las personas en la situación actual de la crisis.