El tiempo que un Project manager no está comunicándose… lo dedica a tomar decisiones y, debido a que un proyecto tiene muchas incertidumbres, éstas serán siempre arriesgadas (porque hay riesgos… sino no sería un proyecto). Por ello, un director de proyectos debe conocer cuáles son los sesgos cognitivos más habituales para, ya sabemos que es difícil… pero…, no caer en ellos y tomar decisiones equivocadas y que pongan en riesgo el cumplimiento de los objetivos del proyecto. En este post y otro posterior los iremos desglosando. Seguro que es un ejercicio bonito ver si solemos tener alguno de ellos o no y en qué grado somos conscientes de ellos. No nos asustemos con los «palabros» que los designan 🙂
Como Project managers tendemos confiar mucho en la primera información que nos llega sobre un suceso, un problema,… Por ejemplo, en una negociación o en una reunión para tratar un tema, aquel que haga una primera oferta, una primera propuesta, establece ya un rango de posibilidades razonables en la mente del resto de las personas. Y el resto de la conversación queda encuadrada en esos valores de referencia.
Como directores de proyecto tendemos a sobre-estimar la información que está a nuestra disposición. Por ejemplo, podemos tener información de un hecho concreto que pasó en otro proyecto similar y, en la próxima ocasión que tengamos que abordar un problema, esa información pesará más que la propia realidad que tengamos antes nuestros ojos. !Cuántas veces hemos oído aquello de que «fumar no debe ser malo porque yo tengo un tío que vivió cien años y fumaba tres paquetes al día»¡.
Como responsables de un proyecto, tendremos muchas personas a nuestro alrededor que opinen sobre muchos de los aspectos del proyecto (y tendremos muchas opiniones externas más o menos especializadas). Este efecto nos alerta de la posibilidad de que adoptemos una opinión o una creencia basada en el número de personas que tengan esa creencia (lo que mi abuelo decía: ¿Dónde va Vicente? Donde va la gente¡). Este efecto nos puede llevar a una potente forma de pensamiento grupal que haga que nuestras reuniones sean altamente improductivas, sin pensamiento crítico o alternativo. Y actuar como una masa…
No reconocer como directores de proyectos nuestros propios sesgos cognitivos es un sesgo en sí mismo. Tendemos a ser más conscientes de los sesgos cognitivos y motivacionales en otros que en nosotros mismos (aquello de ver la paja en ojo ajeno y no la viga en el propio). Una buena forma de crecer reflexionar cada vez que identifiquemos un sesgo en otra persona si no lo tendremos también. De hecho cuanto más nos molesta algo en otros es un indicador de cuánto rechazamos algo en nosotros…). Así que atentos en nuestras reuniones, taller de team-building,… de nuestros proyectos. Son un buen momento para aprender de nosotros mismos.
Cuando tomamos una decisión o planteamos un problema o elaboramos un análisis de la situación del proyecto, tendemos a pensar (lógicamente..) que es la mejor de las decisiones y tendremos una sensación muy positiva respecto a ella, incluso aunque tenga errores, puntos débiles. En general, si tenemos cariño a algo, a alguien,… tenderemos a ser más comprensivos, menos críticos, lo que en un proyecto puede resultar peligroso.
En nuestros proyectos (y en la vida real) recibimos mucha información (más bien muchos datos). Este sesgo hace que tengamos tendencias a ver comportamientos o esquemas in hechos aleatorios. Es una de las llaves para las falacias en el juego de apuestas. ¿Porqué nos gusta el número 45.640 de la Lotería Nacional y no el 00010?). Estas tendencias que imaginamos con los datos recibidos pueden estar muy condicionadas por nuestros prejuicios, conocimientos previos y… la actuación de cualquier da los otros sesgos comentados y que comentaremos.
Como responsables de proyectos corremos el riesgo de tender a escuchar solamente aquella información que confirme nuestros concepciones previas. Probablemente ésta sea una de las razones principales para que nunca hayamos conseguido convencer de nada a nadie…. ni nos hayan logrado convencer de nada. Una vez que tenemos tomada una primera decisión en nuestro proyecto, tendremos que tener cuidado que la nueva información que llegue no la filtremos en función de si refuerza nuestra pre-decisión (y la aceptemos de buen grado) o si la cuestiona (y la despreciemos u obviemos).
Parecida a la anterior, tiene que ver con el hecho de que tendamos a priorizar evidencias previas sobre nuevas evidencias que hayan podido surgir. Cuánto nos costó aceptar que la tierra es redonda, cuánto nos cuesta aceptar nuevos paradigmas en tecnología, innovación, formas de educación,… Como Project manager tenemos que estar abiertos a considerar, dar una oportunidad a nuevas evidencias, nueva información,… (Como los enfoques ágiles, el empoderamiento del equipo y la delegación). Pero tampoco haciendo justo lo contrario, rechazar todo lo viejo por viejo porque ahora surgen nuevas ideas (lo digo por el integrismo ágil al que le parece que los enfoques predictivos no sirven para nada y se olvidan de que cada problema tiene unas formas u otras de abordarlo).
Hemos comentado al inicio que los Project managers estamos obligados a tomar decisiones en condiciones de incertidumbre. Y eso da miedo. Ello nos puede llevar a buscar más y más información, aunque realmente ya no sea relevante para nuestra acción/decisión, para tratar de decidir sobre seguro. Pero tener más información (mejor dicho… más datos) no es siempre mejor. Con menos información, en ocasiones es más fácil tomar decisiones y que éstas sean mejores. La clave es encontrar la información adecuada y dejar de lado el ruido de datos.
(o Avestruz) Como responsables de proyectos, podemos tender tendencia a ignorar información que nos parezca negativa o peligrosa metiendo nuestra cabeza debajo de la tierra para no ver el peligro o a meternos en nuestra casa y cubrirla de arena, hasta que pase la tormenta (que seguro que si esperamos lo suficiente, pasará). Es un gran retro para nuestros proyectos, en entornos cada vez más complejos, el ser capaces de discernir entre tanto dato y ver verdaderamente qué es lo relevante y por otra parte no escondernos ante información relevante que pueda cuestionar el estado de nuestros proyectos y la consistencia de nuestras decisiones.
En el siguiente post, continuaremos con más sesgos¡
A tu disposición¡
Daniel